Alimentación del Ciervo

Sabemos que este grupo de animales rumiantes son asiduos consumidores de vegetación, pero ¿qué incluye todo su extenso menú? ¿Cómo es la digestión de los rumiantes?

Ser rumiante significa que poseen un estómago de cuatro cámaras donde cada una tiene una función diferente; también significa que se alimentan solamente de vegetales y que carecen de dientes incisivos en su mandíbula superior. Como su nombre lo indica, rumiar es masticar por segunda vez el alimento regurgitado (bolo) que anteriormente estuvo en el depósito estomacal, esto para extraer al máximo el valor nutritivo. Todo ello es realizado con ayuda de organismos microoscópicos como bacterias y levaduras.

Son animales rumiantes; es decir, mastican por segunda vez el alimento regurgitado para extraer al máximo el valor nutritivo.

Aunque no se lea como algo agradable o delicioso, es así como los ciervos pueden digerir exitosamente las hojas, tallos, cortezas de árbol, semillas, flores, granos, nueces, manzanas, bellotas, uvas silvestres y otros frutos carnosos, tubérculos, raíces, ramas leñosas y maderas. Ciervos como el alce rompen ligeramente su dieta habitual durante el verano para probar variedades de plantas acuáticas.

Evitan vegetación altamente fibrosa, pues es mucho más difícil masticarla y digerirla. Es por ello que generalmente los cérvidos son muy selectivos con lo que comen. Prefieren alimentarse de poca vegetación con alto nivel nutricional que ingerir mucha vegetación de escaso valor nutritivo, aunque a veces las condiciones no les permite darse el “lujo” de elegir.

Algunos acostumbran a pararse en sus dos patas traseras para alcanzar la vegetación que se encuentra en árboles altos, siendo capaces de mantenerse así por algunos segundos.

Hábitos alimenticios de los ciervos.
Reno o caribú alimentándose de pasto

El venado acuático chino (Hydropotes inermis), el ciervo de copete (Elaphodus cephalophus) y los muntíacos (Muntiacus) desarrollaron colmillos afilados y alargados que a diferencia de los animales carnívoros que los utilizan para cazar, estos los emplean para las batallas entre individuos masculinos. Con respecto a los muntíacos, se han observado comportamientos extraños donde hacen uno de sus colmillos, pero esto lo explicaremos un poco más adelante.

Cuando se aproxima la temporada de reproducción, los ciervos aumentan la ingesta de alimentos para acumular suficiente grasa. Esto se debe al fuerte desgaste (tanto de batallas con otros machos como de apareamientos) que sufren durante toda la etapa, siendo capaces de perder hasta el 30% de su peso. Tal situación los puede volver presa fácil para los depredadores.

Alimentación en cautiverio

Los ciervos en cautiverio son alimentados de vegetación similar a la que encontrarían en su medio ambiente, pero también suele ser completada con otra clase de comida que les aporta las vitaminas y minerales que necesitan.

La dieta en cautiverio incluye hongos, helechos, frutas como plátanos, alfalfa, trébol, cereales, bellotas, nueces, enredaderas, sal, arbustos, mezquite, jojoba, uña de gato y granos procesados.

¿Consumidores de carne?

En agosto de 2003 National Geographic publicó un reportaje donde se da a conocer la dieta de los ciervos rojos que habitan en la isla de Rum, en Escocia. Demostraron que su menú no solo incluye su habitual listado de vegetales, sino que además, consumían crías de aves marinas y huevos.

Los minerales son una parte muy importante, pues de ello depende el desarrollo y la salud de la cornamenta.

Los científicos creen que esto se debe a su necesidad recuperar los minerales que no adquieren de la vegetación que ingieren diariamente, lo que instintivamente los obliga a buscar otro tipo de alimentos que se alejan de lo que comúnmente conocemos. Los minerales son una parte muy importante, pues de ello depende el desarrollo y la salud de la cornamenta.

Volviendo a lo que reservamos anteriormente, también se han observado a muntíacos consumir huevos de aves y pequeños animales de sangre caliente, a quienes atacan con ayuda de sus colmillos prominentes. Esto, sin duda, contradice por completo la afirmación de que todos los ciervos son exclusivamente herbívoros.

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