Pudú

Representan a la especie más pequeña de ciervo que existe en el mundo y a una de las más adorables a la vista. ¿A quién no le encantaría abrazar aunque sea una vez a un tierno pudú?

Cuentan con dos subespecies:

  • Pudú del norte (Pudu mephistophiles)
  • Pudú del sur (Pudu puda)

Anatomía

Comencemos por describirlos en etapa de cervatillos. Están cubiertos por un corto pelaje marrón rojizo cubierto de manchas blancas en la zona de la espalda. Cuentan también con algunos pelos negros en distintas partes de su cuerpo como cabeza, hocico y dorso.

Conforme van creciendo las manchas blancas se pierden en su totalidad, quedando solamente el pelaje entre marrón rojizo y naranja.

El pudú del norte es el ciervo más pequeño del mundo con tan solo 6 kg de peso.

El cuerpo es redondeado y ancho, pero con patas muy cortas y delgadas. El dimorfismo sexual es marcado entre hembras y machos, ya que estos últimos cuentan con un par de astas cortas orientadas hacia atrás.

El pudú del sur es ligeramente más grande que su pariente del norte. Miden hasta 45 cm al hombro y presentan un peso máximo de 13.5 kg. Las astas miden de 5 a 9 cm de alto.

La especie del norte es quien representa a los cérvidos más pequeños con apenas 35 cm de alto al hombro, de 3 a 6 kg de peso y 6 cm de alto en sus astas Poseen un pelaje más oscuro y más rojizo que los sureños.

Información sobre el pudú
Pudú adulto.

Distribución y hábitat

La especie del norte se localiza en los pastizales húmedos de los Andes en Colombia, Perú y Ecuador, naciones de la que es nativo. Por su parte, Pudu puda abarca el sur de Chile y zonas adyacentes de Argentina.

Viven al sur de Chile y zonas adyacentes de Argentina.

Son encontrados en bosques templados húmedos, bosques de montaña y a lo largo de la costa de la cordillera de los Andes.

Comportamiento

Son animales solitarios que se congregan en pocos números durante las temporadas reproductivas. Sus actividades son llevadas a cabo en horas diurnas y nocturnas, prefiriendo las horas crepusculares.

Se acicalan el pelaje y la piel con dedicación, frotan sus astas y raspan la dentadura en cortezas de árboles y algunas plantas. Las señales de olor son una forma de comunicación, tanto para demostrar dominio como para rituales de cortejo.

Alimentación

Su dieta herbívora incluye arbustos, coles, helechos, tallos, tubérculos, brotes, frutos caídos, cortezas de árboles, enredaderas, avellanas y flores. En cautiverio son alimentados con varias especies de vegetales, plátanos, tréboles, alfalfa, bellotas, cereales, nueces, sal y hongos en algunas ocasiones.

Debido a su reducido tamaño, suelen pararse sobre sus dos patas traseras con el fin de alcanzar ramas más altas.

Características del pudú
Pudú chileno

Reproducción

Ellos se atraen mediante señales olfativas que dan a conocer la disponibilidad de los individuos. Durante tres días, el macho monta a la hembra varias veces al día, con breves coitos de algunos segundos.

Las crías pesan entre 700 y 1,000 g

Los nacimientos se presentan con mayor frecuencia de noviembre a enero después de un período de gestación de siete meses. Pueden presentarse una o dos crías de un peso entre 700 y 1,000 g, pero si miden menos de 600 g o superan los 1,000 g no logran sobrevivir. Permanecen con la madre todo su primer año.

Los machos maduran entre los 8 y los 12 años de vida mientras las hembras lo hacen a los 6 meses. Las especies sureñas se reproducen dos veces al año.

Amenazas

Los pudúes tienen un elevado número de depredadores naturales. Por mencionar a los más frecuentes, tenemos al puma, búho real, perro doméstico, zorro gris y güiña o gato colorado.

Estado de conservación: Vulnerable

Una ventaja de su tamaño es que pueden esconderse en lugares pequeños de difícil acceso para algunos animales, como túneles o madrigueras abandonadas, pero una desventaja es que no corren a gran velocidad y se cansan rápidamente, por lo que son alcanzados en la gran mayoría de las veces.

Ambas especies se clasifican como especies “Vulnerables” (VU) por la UICN. Las razones principales son por la caza furtiva, la depredación, la recolección para conservarlas como mascotas, la competencia de alimento entre individuos y el ganado doméstico.

Otras razones que continúan en la lista son la caza para la subsistencia (carne para comer y piel para vestir) y la invasión de su hábitat, pues continuamente se construyen carreteras que atraviesan sus espacios naturales y mueren atropellados.

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